miércoles, 29 de septiembre de 2010

(L)

No tengo miedo aunque mis ojos delaten lo contrario, pues seré valiente por aquello que quiero.
Aún cuando la calma no llegue después de esta inmensa tormenta, yo intentaré salir adelante, por vosotros... por ellos.

7894


Mi corazón se queja cuando te recuerda, y al darse cuenta de que no volverás llora como nunca lo ha hecho... y yo mientras tanto sufro tu ausencia.

Yes!


¡Buscate una chica, una chica ye-yé! ¡Que tenga mucho ritmo y que cante en inglés! ¡Que tenga el pelo alborotado y las medias de color! ¡Una chica ye-yé, una chica ye-yé, que te comprenda como yo!
¡No te quieres enterar yeye que te quiero de verdad ye-yé!

:D

Las mayores gilipolleces de la vida las cometemos cuando no estamos borrachos... aunque muchos no lo crean

Amigos de verdad pocos...

Un día como otro cualquiera...
-¿Cuantos amigos tienes?
+Muchos.
-Pero, ¿Amigos de verdad, aquellos que harían todo lo posible y lo imposible por ti?
Entonces, empecé a pensar, y me dí cuenta de que amigos como esos yo tenía pocos, tan pocos como para contarlos con las dos manos, sí, ya sé que se suele decir "Tan pocos que se pueden contar con los dedos de una mano" Pero en mi caso, yo necesito las dos. Para ser más precisa, con seis dedos me basta, si, seis, solo seis. Seis amigos verdaderos, seis personas que me aman con toda su alma, y que sé que siempre estarán ahí, dispuestas a ayudarme, a consolarme en los momentos difíciles, a animarme, a reírse conmigo, seis.
Pero, lo más triste no es tener seis amigos verdaderos, lo más triste es saber que aun teniendo millones de amigos, solo esos seis serán los que realmente me quieren.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Mi pequeña. I

Volví a echar una mirada al monitor de pulsaciones de mi hermana, su pulso se mantenía aunque los médicos no daban muchas esperanzas de que saliese de esta. Cuatro años llevábamos de idas y venidas al hospital, los ataques de corazón de mi hermana eran cada vez más frecuentes, su corazón no aguantaría mucho mas. Le acaricié la mejilla mientras mis ojos se empañaban de lágrimas, quería decirle tanto antes de que se fuese, como dicen algunos, “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” . En la madrugada del día siguiente el monitor empezó a pitar descontroladamente, me desperté sobresaltada y corriendo me asomé al pasillo en busca de alguna enfermera o doctor.
Mientras la llevaban a reanimación le susurré por última vez TE QUIERO, después deje que los médicos hiciesen su trabajo. Minutos que me parecieron horas pasaron mientras yo no podía pararme quieta, unos pasos retumbaron por el pasillo, era el doctor y que solamente con una negación de su cabeza entendí que mi hermana pequeña aquella que yo protegía de todo había muerto. Sentí todo mi cuerpo encoger mientras caía al suelo entre gritos y lágrimas, mi pequeña, mi hermanita, tantos recuerdos recorrieron mi cabeza; la primera vez que la tuve en brazos, sus primeras palabras, sus primeros pasos, el primer cumpleaños y el último que pudo celebrar, su insistencia a que jugase con ella y como yo la decía que no…
Tantos momentos juntas que yo no supe valorar ni comprender, la iba a echar tanto de menos. Los médicos intentaron ayudarme en todo lo posible pero yo no podía reaccionar, no sé cuando me levante ni cuando me colocaron sobre aquella camilla.
Solamente supe que la echaría tanto de menos , mi pequeña niña de ojos verdes...

HOUSE!


“…¿Preferiría un médico que le coja la mano mientras se muere o uno que le ignore mientras mejora? Aunque yo creo que lo peor sería uno que te ignore mientras te mueres…”

(L)

Me acerqué sonriendo a tu lado, saltando de alegría por este inesperado reencuentro... pero tu mirada calculadora me lo dijo todo. Me senté despacio a tu lado, en ese banco solitario en pleno centro de Madrid.

*¿Como hemos podido hacernos tanto daño? -Tu voz fría me produjo un escalofrío.
+La verdad, no lo sé, tal vez sea el amor tan desesperado que nos une o todas las peleas estúpidas que hemos tenido... -No me atrevía a mirarte a los ojos, quien sabe lo que me encontraría en ellos.
*Tal vez... pero después de todo esto he llegado a una conclusión.
+¿Cuál? -Levante mi mirada y me topé con esos ojos que me miraban fijamente, esperando algo.
-Que no podemos seguir con esto, algún día tal vez me arrepienta, pero ahora lo único que quiero es acabar con todo esto... -Su voz fue perdiendo fuerza.

Nos quedamos en silencio, tu esperando alguna reacción por mi parte y yo intentando asumir la ruptura. Quería alejarme corriendo, llegar a mi casa y poder encontrar consuelo en los brazos de mi madre, escuchar su voz tranquilizadora y sentirme protegida.
Me levanté del banco sin decir nada, camine rumbo a ningún sitio, vagando de aquí para allá, con la mirada borrosa y el corazón destrozado... Tu, rompe corazones te quedaste sentado, mirando como me alejaba, sin saber que hacer.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Como una tonta.

Y pensar que me querías por conveniencia, no por que estabas enamorado de mí... Que triste es saber que todas las palabras dichas no eran más que letras de un guión que ya estaba escrito en tu cabeza. Que cada beso no era algo más que actuar y que cuando tu suspirabas no era por amor, si no, por aburrimiento. Que ridículo tuve que hacer al quererte, te odio, por haberme hecho amar de esa manera y por haberme ilusionado con tontas frases de amor. Pero, también te quiero, porque a pesar de todo el sufrimiento que me has hecho pasar, mi corazón aún te sigue amando, y cada segundo que pasa te pertenece aún más y más....

Más aún...

Tengo que confesar algo, le quiero, sí, después de un verano inolvidable aún le sigo queriendo. Después de todas nuestras peleas y claro está, de todas nuestras reconciliaciones, yo aún le sigo queriendo como el primer día.
Mis dudas aumentan y mi inseguridad me mata, al pensar que el pueda haber encontrado a otra mejor, que me halla cambiado tras mi marcha. Muero al recordar nuestra despedida, y la promesa que creímos sería para siempre. Como dicen, un amor de verano solo dura eso, un verano. Que triste es pensar que yo aún sigo queriéndote como la primera vez, que sueño contigo cada día, que mi inocencia te la quedaste tu y mi corazón también.
Cruzo los dedos para que tu todavía sigas sintiendo lo mismo, como la primera vez. Porque yo te quiero, más aún que un amor de verano.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Alhambra (L)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Historias de amor

Películas, libros, series... Casi todas narran un amor verdadero, que se supone que tiene sus dificultades, pero que al final siempre se solucionan. Que hermoso sería tener uno así en la realidad, un amor tan, tan verdadero que llorarías de felicidad... Pero, para que mentirnos. Disney nos hacía creer que eramos princesas de un príncipe azul que algún día vendría a pedir nuestra mano, montado en su bello corcel blanco. Uff, que bonito era soñar, sin darte cuenta de que nunca, nunca, nunca, nunca en la vida tendríamos eso, que nos quedaríamos con el corazón roto tras el primer amor fallido, que juraríamos no enamorarnos más, pero, al final, siempre nos acabamos enamorando del más imbécil, del inadecuado, porque el hombre perfecto (si es que existe) no vendrá a por una de nosotras, eso jamás... Desilusiones, sí, el amor está lleno de desilusiones, hasta que te acostumbras a ello, hasta que decides que tal vez este nuevo amor sea el definitivo; el acertado. Pero no, y otra vez vuelta la burra al carro.
Sí, yo también lloro con las películas de amor, y sí, alguno de mis novios también se ha reído de mi en ese momento, pero, no debemos esforzarnos en hacerles entender que el amor es un sentimiento tan puro, verdadero y hermoso que debemos llorar de felicidad cada vez que logramos verlo, aunque solo sean en las películas.

martes, 7 de septiembre de 2010

El sueño de cualquier toro.


Estaba muy orgulloso de mí mismo, había conseguido lo que otros de mis compañeros deseaban, ir a una corrida de toros, en donde según decían era maravilloso la gente nos adoraba y nos echaba flores, aunque ninguno de los que fueron volvieron, tal vez se habían hecho famosos.
Me metieron en un camión fuertemente cerrado para que no me escapase, no lo pensaba hacer ese era mi sueño, ser toreado en una plaza de toros.
Al llegar me llevaron a un corral bastante pequeño, apenas me podía mover, estaba muy nervioso casi podía oír a la gente llegar.
Mi amo me guió hasta una plaza llena de gente, era redonda y bastante grande, en el medio había restos de sangre pero no le dí importancia, justo al lado de la sangre vi a un hombre apoyado en el suelo con una rodilla y sosteniendo en alto una especie de tela de color rosa y amarillo. Corrí hacia la tela mientras el la deslizaba suavemente hacia su lado izquierdo. La gente gritaba “OLÉ” y yo con mucho orgullo me pare a mirar como gritaban, me giré hacia el hombre y volví a ver la tela que tenía que seguir para que ellos me aplaudiesen. Estuve bastante rato dando vueltas detrás de la tela rosa y amarilla, tenía tal mareo que casi ignore la banderilla que el hombre ahora también sostenía, pero lo que no pude ignorar fue el dolor que sentí cuando me lo clavo en el lomo. La gente gritaba, pensaba que me animaban a seguir y así lo hice, continué hasta que tenía tantas banderillas que el dolor era insoportable. La gente no paraba de aplaudir, pero todavía no había terminado. Aquel malvado hombre sostenía una espada, prefiero no contaros lo que sufrí con ella, pero aún era mas doloroso ver como echaban flores a la plaza y como él las recogía, en ese momento me dí cuento los aplausos y gritos de ánimo no eran para mí si no para el, mi asesino, el hombre que mas me hizo sufrir en toda mi vida. Mi sangre seguía redamandose en el suelo de aquella plaza en la que supuse mataron a muchos mas como yo, quería llorar pero no pude, no sentía mas que dolor. Le sacaron en hombros de un hombre bastante fuerte en sus manos llevaba unas cuantas orejas y rabos, serían de otros pobres que como yo habían tenido que soportar esta muerte tan dura. Quería creer que esto era una pesadilla y que mi amo volvería a por mí, pero no fue así.
Creative Commons License
Lo que es mío, es mío