lunes, 22 de noviembre de 2010

VII [7894]

Odio los días cómo este, el frío me cala los huesos y la decepción habita en mi piel, pero aún así, agradezco qué existan, pues son los qué me demuestran qué debemos amar los días en los qué el mundo nos brinda la oportunidad de ser egoistamente felices.
Sonríe, aunque hoy te sientas como una puta mierda, pues piensa qué siempre habrá días peores.

viernes, 12 de noviembre de 2010

7894

El mundo y sus agonías, sus cúmulos de soledad, sus calles llenas de infelicidad; rostros negativos que te envían sin piedad, a la tristeza duradera.

sábado, 30 de octubre de 2010

Alzheimer


Recordar un momento, una situación, una cara… Parece demasiado fácil para alguien que no tiene que estar recordándose a sí mismo quien es. Observo una vez más mi rostro en el espejo, pero allí solamente veo a un imbécil mirándome con unos ojos excesivamente abiertos. ¿De verdad soy yo ese? Me cuesta aceptarlo, pero no me queda otra opción, porque no recuerdo nada. Mi mente está buscando algo, un recuerdo; triste o feliz, eso da igual, lo importante es saber algo de una vida que ni siquiera sé si la viví bien o mal.

Camino despacio, mirando todo con los ojos bien abiertos, la gente me para y me pregunta cosas de las que yo no tengo respuesta, los ignoro, tengo que buscar algo que me haga volver a recordar, que me diga quién y cómo soy.

domingo, 10 de octubre de 2010

Tere!(L)

Observo las sombras que proyectan los árboles sobre la acera, de pequeña jugaba a no pisarlas, al igual que deseaba e imaginaba que algún día pasearía de la mano con mi novio por esa calle. Y ahora, en un presente un tanto lejano de aquel pasado, ese deseo se ha cumplido; sonrío, simplemente porque el recordar mi niñez me produce una inmensa sensación de felicidad. Aprieto más fuerte la mano que tengo a mi lado, al tiempo que le dedico un “te quiero” entre susurros. Él, que no sabe la suerte que tiene al quererme, solamente me da un beso, ligero, con amor. Porque fuimos valientes al atrevernos a estar juntos, porque hay gente que nunca aprobaría esta relación, pero eso a nosotros no nos importa, como se suele decir “en el amor la edad no importa”. Y es verdad, qué más da la edad mientras haya amor, mientras exista ese sentimiento tan grande. Porque todo el mundo tenemos derecho a sentirnos dichosos, aunque solamente sea por un tiempo, o si tenemos suerte, durante toda nuestra vida. Nacemos, cometemos errores, aprendemos continuamente de la vida, queremos y amamos, aunque a ciencia cierta no sepamos lo que significa en su totalidad ese sentimiento. Pero, esa es otra historia, ahora lo único que quiero es disfrutar del día junto a él… Él, que se ha enfrentado a la ira de mi padre, él, que ha aceptado de buen grado todas las críticas, él, que aun conociendo todos mis defectos me quiere y me ama aún más por todas mis virtudes. Porque el amor es eso, querer sin razón, solamente sabiendo que nuestra vida depende de la de otra persona, que nuestras sonrisas y nuestras lágrimas son de esa persona, porque el amor es caprichoso y raro, muy raro, pero aún así, hermoso, excesivamente hermoso.

Fdo: 7894

Hermana!(L)

Silencios que se vuelven dolorosos, silencios que no significan más que eso, silencio. Vuelvo a centrar mi vista en los cristales empañados, y recuerdo esa tarde en la que nos prometimos permanecer siempre juntos, en la que entre risas juramos tener un amor eterno. Palabras que con el paso del tiempo fueron perdiendo importancia, que decayeron, como nosotros. Todavía recuerdo nuestra despedida, amarga, como todas, pero que aún así queríamos hacerla dulce con cartas de amor cada semana.

Se me escapa una pequeña lágrima; de esas que tú atrapabas, de las que te encogían el corazón, de las que no querías ni ver. Pero ya no estás aquí para retenerlas entre tus dedos, para no dejarlas caer; porque como dijiste, nunca debemos llorar por alguien que nos destroce el corazón. Lamentablemente es inevitable, el amor está lleno de llantos, como también de locuras, tantas como cometimos nosotros. Tantas que nadie es capaz de rememorarlas todas. Se me escapa una ridícula carcajada al pensar que ojalá tu estés tan perdido como lo estoy yo, porque sin ti, el camino se encuentra a oscuras; como aquella tarde de tormenta; yo estaba muerta de miedo, pero entonces tu me diste la mano y me susurraste que mientras tu estuvieses conmigo ningún monstruo se atrevería a dañarme. Qué ironía, el único monstruo que me hizo daño en todo este tiempo fuiste tú: con tu amor, con tus promesas, con tus “te quiero”, con tus sonrisas encantadoras, con esos susurros que me encogían el corazón. Maldito tú y tu amor; maldita yo por quererte aún.

Fdo: 7894

Celia!(L)

Personas que se cruzan, miradas que no significan nada, hombros que chocan a causa de la prisa; cuando dejamos atrás la gran ebullición de la ciudad, nos encontramos casualmente con las personas que quieren y dejan vivir, con aquellas que sonríen a los atardeceres y miran soñolientos a los amaneceres. Personas que aman sin obstáculos, que no tienen miedo a vivir. Sí, para esas personas también existe la palabra amor; ellos que solamente se miran a los ojos, sin necesidad de preguntar nada, porque ya lo saben todo con tan solo una mirada. Ellos tan dichosos, que pasean de la mano sin temor a represarías, con una sonrisa cómplice en los labios y con frases de un querer mutuo.

Pero, si por un instante volvemos a la inmensa ciudad, solamente encontramos parejas que se guardan secretos estúpidos, con temor a la opinión del que creen es el amor de su vida. Porque en la ciudad todo discurre mucho más rápido: amores que se olvidan rápidamente, corazones solitarios que buscan su media naranja sin descanso y personas que aguantan del tirón con una persona que ni siquiera quieren. Muy triste, pero, debemos comprender que son marionetas dirigidas por una sociedad egoísta e hipócrita. Pobres de aquellos que tienen estas vidas.

Pero, debo admitir, que a pesar de todo, también existen personas honradas con corazones puros que saben lo que significa la palabra vivir y que se enfrentan a la vida, por muy difícil que sea. Personas que se hacen querer, que admiten sus defectos al igual que aprenden de sus virtudes, porque no hay que buscar un objetivo ni un sueño, porque nuestro único fin es ser felices hagamos lo que hagamos, con moderación claro, siempre con moderación.

Fdo: 7894

Alis!(L)

Camino con paso rápido por esta ciudad que me estresa, por estas calles que cada vez se me hacen más desconocidas. Me siento perdida sin ti, sé que es algo estúpido adorarte aún, pero soy así de imbécil. No sé vivir sin tu amor, se me hace insoportable todos esos segundos en los que no estamos juntos, porque sin ti, es como si mi brújula no señalase al norte. Mi mirada busca algo familiar, un recuerdo de lo que yo quiero, una señal de que todo aún no está perdido… Pero esa señal no aparece por ninguna parte y me siento más sola que antes. ¿Cuándo se darán cuenta de que mi cuerpo está vacío? Mi corazón ya no late como antes, ahora lo hace a un ritmo muy pausado, muy lento, demasiado lento. Intento reír, pero mi risa histérica alerta a todo el mundo, excepto a ti. ¿Tu mirada también esta tan perdida? Ojalá así sea, porque eso demostrará que lo nuestro aún es amor, que podemos luchar contra viento y marea por nosotros, ignorando a las personas que se interpongan a este sentimiento.

Quiero gritar de felicidad, como antes lo hacíamos juntos. Quiero volver a disfrutar del chocolate, porque ahora no me sabe a nada si tú no estás aquí para mancharme la nariz de Nocilla. Volvamos a ser los de antes, a contemplarnos mientras el mundo discurre con su habitual prisa, pero que para nosotros se detiene, solo para nosotros; porque debemos disfrutar cada momento, aunque sepamos que no será el último. Ven aquí y susúrrame que me quieres, dime con tus ojos que no quieres que estas estupideces nos separen. Porque aunque sea difícil podremos conseguirlo; el amor es algo demasiado importante como para tomárselo a la torera. Porque yo aún suspiro por ti, ¿y tú?

Fdo: 7894

miércoles, 29 de septiembre de 2010

(L)

No tengo miedo aunque mis ojos delaten lo contrario, pues seré valiente por aquello que quiero.
Aún cuando la calma no llegue después de esta inmensa tormenta, yo intentaré salir adelante, por vosotros... por ellos.

7894


Mi corazón se queja cuando te recuerda, y al darse cuenta de que no volverás llora como nunca lo ha hecho... y yo mientras tanto sufro tu ausencia.

Yes!


¡Buscate una chica, una chica ye-yé! ¡Que tenga mucho ritmo y que cante en inglés! ¡Que tenga el pelo alborotado y las medias de color! ¡Una chica ye-yé, una chica ye-yé, que te comprenda como yo!
¡No te quieres enterar yeye que te quiero de verdad ye-yé!

:D

Las mayores gilipolleces de la vida las cometemos cuando no estamos borrachos... aunque muchos no lo crean

Amigos de verdad pocos...

Un día como otro cualquiera...
-¿Cuantos amigos tienes?
+Muchos.
-Pero, ¿Amigos de verdad, aquellos que harían todo lo posible y lo imposible por ti?
Entonces, empecé a pensar, y me dí cuenta de que amigos como esos yo tenía pocos, tan pocos como para contarlos con las dos manos, sí, ya sé que se suele decir "Tan pocos que se pueden contar con los dedos de una mano" Pero en mi caso, yo necesito las dos. Para ser más precisa, con seis dedos me basta, si, seis, solo seis. Seis amigos verdaderos, seis personas que me aman con toda su alma, y que sé que siempre estarán ahí, dispuestas a ayudarme, a consolarme en los momentos difíciles, a animarme, a reírse conmigo, seis.
Pero, lo más triste no es tener seis amigos verdaderos, lo más triste es saber que aun teniendo millones de amigos, solo esos seis serán los que realmente me quieren.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Mi pequeña. I

Volví a echar una mirada al monitor de pulsaciones de mi hermana, su pulso se mantenía aunque los médicos no daban muchas esperanzas de que saliese de esta. Cuatro años llevábamos de idas y venidas al hospital, los ataques de corazón de mi hermana eran cada vez más frecuentes, su corazón no aguantaría mucho mas. Le acaricié la mejilla mientras mis ojos se empañaban de lágrimas, quería decirle tanto antes de que se fuese, como dicen algunos, “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” . En la madrugada del día siguiente el monitor empezó a pitar descontroladamente, me desperté sobresaltada y corriendo me asomé al pasillo en busca de alguna enfermera o doctor.
Mientras la llevaban a reanimación le susurré por última vez TE QUIERO, después deje que los médicos hiciesen su trabajo. Minutos que me parecieron horas pasaron mientras yo no podía pararme quieta, unos pasos retumbaron por el pasillo, era el doctor y que solamente con una negación de su cabeza entendí que mi hermana pequeña aquella que yo protegía de todo había muerto. Sentí todo mi cuerpo encoger mientras caía al suelo entre gritos y lágrimas, mi pequeña, mi hermanita, tantos recuerdos recorrieron mi cabeza; la primera vez que la tuve en brazos, sus primeras palabras, sus primeros pasos, el primer cumpleaños y el último que pudo celebrar, su insistencia a que jugase con ella y como yo la decía que no…
Tantos momentos juntas que yo no supe valorar ni comprender, la iba a echar tanto de menos. Los médicos intentaron ayudarme en todo lo posible pero yo no podía reaccionar, no sé cuando me levante ni cuando me colocaron sobre aquella camilla.
Solamente supe que la echaría tanto de menos , mi pequeña niña de ojos verdes...

HOUSE!


“…¿Preferiría un médico que le coja la mano mientras se muere o uno que le ignore mientras mejora? Aunque yo creo que lo peor sería uno que te ignore mientras te mueres…”

(L)

Me acerqué sonriendo a tu lado, saltando de alegría por este inesperado reencuentro... pero tu mirada calculadora me lo dijo todo. Me senté despacio a tu lado, en ese banco solitario en pleno centro de Madrid.

*¿Como hemos podido hacernos tanto daño? -Tu voz fría me produjo un escalofrío.
+La verdad, no lo sé, tal vez sea el amor tan desesperado que nos une o todas las peleas estúpidas que hemos tenido... -No me atrevía a mirarte a los ojos, quien sabe lo que me encontraría en ellos.
*Tal vez... pero después de todo esto he llegado a una conclusión.
+¿Cuál? -Levante mi mirada y me topé con esos ojos que me miraban fijamente, esperando algo.
-Que no podemos seguir con esto, algún día tal vez me arrepienta, pero ahora lo único que quiero es acabar con todo esto... -Su voz fue perdiendo fuerza.

Nos quedamos en silencio, tu esperando alguna reacción por mi parte y yo intentando asumir la ruptura. Quería alejarme corriendo, llegar a mi casa y poder encontrar consuelo en los brazos de mi madre, escuchar su voz tranquilizadora y sentirme protegida.
Me levanté del banco sin decir nada, camine rumbo a ningún sitio, vagando de aquí para allá, con la mirada borrosa y el corazón destrozado... Tu, rompe corazones te quedaste sentado, mirando como me alejaba, sin saber que hacer.
Creative Commons License
Lo que es mío, es mío